Teresa Rodríguez: "Cataluña y Galicia son referentes para construir el nuevo sujeto andaluz"

Secretaria general de Podemos en Andalucía

El proceso de confluencia en Andalucía, donde el PSOE ha gobernado de forma ininterrumpida e IU tiene especial arraigo, debe ser más ambicioso que lo fue con UP

El régimen en Andalucía es el PSOE. Tenemos que ser capaces de generar una alternativa que sea, por un lado creíble, y por otro lado ilusionante, también para los socialistas

El PSOE, cuando le toca gobernar, es un partido social–liberalista. Los derechos sociales tienen fecha de caducidad cuando los mercados imponen austeridad y recortes

Cuando uno entra en el Gobierno, ya no es oposición. Es una operación muy complicada la que están haciendo en Castilla-La Mancha. Para nosotros es un déjà vu

Centrarnos en las garantías del 1-O va a hacer que nos perdamos el verdadero trasfondo: cómo se cambian las cosas. Los grandes cambios parten de la desobediencia

Podemos aprovecha el mes de agosto en Andalucía para recargar pilas y prepararse para comenzar a fraguar, después de verano, el nuevo sujeto político andaluz, en base a la confluencia entre Izquierda Unida y la formación morada. El proceso viene marcado por dos aspectos positivos: el PCE, según las tesis aprobadas en su XII Congreso, se muestra favorable al entendimiento, mientras que la sintonía entre el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, y la secretaria general andaluza, Teresa Rodríguez, es más que evidente. Eso sí, la implementación no será sencilla en el ámbito municipal, donde existen más asperezas entre ambas fuerzas políticas. Queda ver cómo se concreta la integración de otros actores sociales en el nuevo sujeto, algo a lo que aspiran ambas formaciones. Está claro que hará falta más que una unión de fuerzas si se quiere plantar cara a la presidenta andaluza, Susana Díaz, que se resguarda de los nuevos aires que soplan en Ferraz desde su feudo. Rodríguez (Rota, 1981) conversa con cuartopoder.es sobre el reto de arrebatar el poder a los socialistas andaluces, los más afincados en el poder, entre otros asuntos.

– ¿En qué consistirá el nuevo sujeto político andaluz que Podemos planea construir junto a IU?

– Entendemos que en Andalucía hay unos rasgos diferenciales respecto al Estado que son notables y muy importantes en el proceso de confluencia. Por ejemplo, somos el único territorio donde no ha habido alternancia en el poder y el PSOE ha gobernado de manera ininterrumpida durante todos los años de la democracia. Esto habla de una IU con especial arraigo. En Andalucía significa mantener 250.000 votos y unos porcentajes de implantación que no son los mismos que en el resto del Estado. En este sentido, el proceso de confluencia para nosotros tiene que ser mucho más ambicioso que el que se ha dado a nivel estatal, debe tener recorrido en las 62 comarcas andaluzas, para poder tener la posibilidad de cambiar el Gobierno en Andalucía sin tener que probar el amargor del PP.

– ¿Se parecería menos a Unidos Podemos y se aproximaría al proceso de confluencia de ‘los comuns’ en Cataluña?

– Sería más parecido lo que se ha hecho en Cataluña y en Galicia. De hecho, son algunos de los referentes que tenemos tanto Antonio Maíllo –coordinador general de IU en Andalucía– y yo para ir construyendo este proceso. Lo que falta son más agentes. Desde que surgió Podemos ha habido un reflujo de la movilización social y creemos que es necesario volver a alimentar ese nuevo sentido común que luego Podemos tradujo a la política, pero que no se traduciría en nada si no hubiera habido un proceso previo. En concreto, respecto a la precariedad y los recortes, que son la gota que va colmando el vaso. Tanto IU como nosotros, creemos que es necesaria una herramienta para la movilización social. Tendremos que ser lo suficientemente generosos como para intentar diluir los aparatos en algo más amplio donde el último que llega se sienta tan protagonista como el que lleva décadas en la militancia.

– ¿Podría suceder que se consiguiera una candidatura unitaria a nivel autonómico, pero que no se consiguiese en los municipios?

– En el ámbito municipal juegan más factores. Siempre se suele decir que en los pueblos se vota más a las personas concretas, que hay procesos más particulares. Hay dinámicas más implantadas. Nosotros entendemos que, si somos lo suficientemente audaces, inteligentes, sensibles y capaces de construir una herramienta atractiva a nivel andaluz, ese proceso va a poder ilusionar y permear a mucha gente. Para que se adhieran no por decreto, sino por decisión propia. A nadie se le va a imponer la confluencia, ni se le van a imponer con unas reglas concretas. Vamos a intentar construir una herramienta que sea apetecible para que participen en su diseño, elaboración y adaptación al ámbito local los 800 municipios que hay en Andalucía.

– El documento de Podemos Andalucía que instaba a IU a abandonar los gobiernos que mantiene con el PSOE sentó mal en algunos sectores de la coalición. ¿Que IU abandone los gobiernos que mantiene con el PSOE en varios municipios es una línea roja para construir el nuevo sujeto político andaluz?

– Ese documento no es un documento de imposición a las demás partes para empezar a dialogar. En la Segunda Asamblea Ciudadana –Vistalegre 2– la iniciativa que resultaba mayoritaria defendía, como uno de sus pilares, la independencia respecto al PSOE andaluz. Hemos desarrollado un documento de propuestas para la confluencia, pero esta es la propuesta de Podemos Andalucía. Será lo que nosotros llevemos a la mesa, con los oídos bien abiertos y con muchas ganas de debatir porque no es algo sencillo. La relación que debemos mantener con el PSOE es un debate recurrente y que está muy de actualidad. Nosotros entendemos que, en Andalucía, ser independientes respecto al PSOE es fundamental. Además, tenemos una experiencia reciente muy concreta respecto a lo que suele ocurrir cuando nos subalternizamos al PSOE.

– ¿Considera que a IU se ha subalternizado al PSOE en todos los municipios donde cogobierna con ellos? ¿No hay socialistas con los que se puede llegar a acuerdos a nivel municipal?

– Ojalá seamos capaces de encontrar a esos socialistas que mantienen la esencia de crear una alternativa al neoliberalismo y que lo hagan más allá de los aparatos y de la profesionalización de la política. Pero, la supervivencia del PSOE andaluz y su resistencia respecto al PP, su resiliencia a los cambios en el marco político general, con un determinado giro a la izquierda en el discurso que en Andalucía no ha tenido lugar, tiene que ver con esos cambios de aparato, con esa confusión entre el partido, la Administración y el Gobierno y eso cala en todos los espacios territoriales, en el marco andaluz, pero también en el ámbito municipal, mancomunicades, empresas públicas… El régimen en Andalucía es el PSOE y, respecto a esto, tenemos que ser capaces de generar una alternativa que sea, por un lado creíble, y por otro lado ilusionante, también para las bases del Partido Socialista.

– ¿Ve con buenos ojos las negociaciones entre el PSOE de Pedro Sánchez, que ofrece una imagen renovada, y Podemos a nivel estatal?

– No podemos afirmar, de momento, que haya un nuevo PSOE. Valoramos positivamente las negociaciones y el diálogo, porque lo más importante, más allá de la discusión sobre políticas de alianzas, es la necesidad de desalojar al PP del Gobierno. Lo es porque nuestra preocupación fundamental es que se naturalicen los recortes y la precariedad: que llegue una generación que no recuerde que se luchó contra la LOMCE, que no recuerde que se hizo una huelga general contra las reformas laborales de [José Luis Rodríguez] Zapatero y de [Mariano] Rajoy, que entienda las relaciones laborales como una absoluta desventaja para trabajadores y trabajadoras, que olvide la ley mordaza, el impuesto al sol… Ese sería el cierre definitivo de la ventana de oportunidad que se ha abierto con el 15-M. Por tanto, la prioridad ahora es desalojar al PP del Gobierno y, en ese sentido, nos parece que llegar a acuerdos con el PSOE es estratégico.

– Habla de acuerdos programáticos con el PSOE, pero no de gobiernos. ¿Podemos debe rechazar entrar a gobiernos con el PSOE también en otras comunidades o a nivel estatal?

Si nos centramos en la trayectoria histórica, no en el momento impresionista de la victoria de Sánchez en el proceso del PSOE, y si miramos es la tendencia de los últimos 40 años, desde luego no parece una alternativa confiable. El PSOE no ha empezado a hacer reformas neoliberales en el último Gobierno de Zapatero, cuando comenzó el rescate bancario, la reforma laboral, el abaratamiento del despido, el desmantelamiento de la negociación colectiva o los recortes. A nosotros no se nos olvida la reconversión industrial, la Europa de Maastricht o la OTAN de entrada no y después sí, la ley Corcuera… Deberíamos haber aprendido que el PSOE, cuando le toca gobernar, es un partido neoliberal o de orden social-liberalista, por establecer una diferencia con el PP. Los derechos sociales tienen fecha de caducidad cuando los mercados obligan a volver a la austeridad y a los recortes.

— También hizo campaña, junto a sus compañeros de Anticapitalistas, en contra de la dirección estatal de Podemos para que el partido no entrara a formar gobierno con Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Al final ha sucedido. ¿Teme que algo parecido pueda ocurrir en Andalucía u otras comunidades?

– En Andalucía hemos decidido que no vamos a contemplar esa vía, ha sido una decisión orgánica, tanto en Asamblea como en debates posteriores. Sí que seguiremos estudiando vías para conseguir acuerdos concretos. Aquí nos ha tocado aprobar con el PSOE una ley de servicios sociales con la condición de que ésta evite la entrada de las empresas con ánimo de lucro a la gestión, la ley de Memoria Histórica y Democrática, las 35 horas para los funcionarios y funcionarias… Si no hubiera sido por Podemos, eso no se hubiera aprobado.

– ¿Cree que la dirección del partido y el sector del secretario general castellano-manchego de Podemos, José García Molina, han cometido un error al aceptar gobernar con el PSOE?

– Nosotros aportamos nuestra perspectiva, siempre reconociendo al otro la posibilidad que está aceptando, y de que uno se pueda equivocar. Nuestra experiencia en Andalucía es diferente al resto del Estado y esto ha sido como un déjà vu. Recuerdo cuando no existía Podemos y había una amplia movilización social contra los recortes. Desde la Marea Verde, donde yo militaba a nivel social, teníamos amplias discusiones con nuestros compañeros de IU, que formaban parte del movimiento, y les tocaba justificar los recortes. Cuando uno entra a formar parte del Gobierno, ya no es oposición. Eso una operación muy complicada la que están haciendo los compañeros de Castilla-La Mancha. Es un debate que trasciende a lo autonómico o local, claramente, y simplemente dimos nuestra posición,y reconociendo los marcos de decisión.

– Podemos ha incluido algunos aspectos novedosos para descentralizar el partido en la nueva modificación de los estatutos, ¿se conforma?

– Para nosotros hay dos que son fundamentales y en los que creemos que es necesario avanzar un poco más. Creemos que las listas con las que se concurre a las elecciones tienen que ser un reflejo de lo que está construido e implementado en el territorio. Como mínimo, que sean las provincias las que construyan las listas de abajo arriba. Nosotros queremos un Estado plurinacional o un Estado, en el fondo, federal, y creemos que debemos avanzar para ser una organización federal. Esa fue la posición mayoritaria en Andalucía en nuestra Asamblea Ciudadana y que vamos a seguir defendiendo en la negociación con la organización a nivel estatal. Queremos un CIF propio para no tener que estar pidiendo permiso constantemente a Madrid y poder mirar a la cara a los andaluces y andaluzas para decirles que no somos la sucursal de ningún partido, ni la delegación de ningún aparato. Para nosotros eso es importante para poder presentar una alternativa, que sea confiable, al PSOE andaluz, que tiene un carácter, a pesar de su discurso, muy federal y muy andaluz.

– ¿Ve a la dirección de Podemos favorable a darles lo que piden o sigue pensando que tiene “un celo centralista”, tal y como ha denunciado en alguna ocasión?

– Creemos que se han dado avances y pasos hacia delante, lo que nos alienta, pero desde luego para nosotros no son suficientes ni satisfactorios en este momento.

– Al hilo de la actualidad política y fuera de Andalucía, ¿cree que se debe llamar al voto en el referéndum del 1 de Octubre?

– Si el debate es acerca de las garantías que ofrece este proceso del 1 de Octubre, nos vamos a perder el verdadero trasfondo que hay, que es cómo se cambian las cosas. Los cambios reales, históricos, de calado, se producen siempre desde posiciones desobedientes. Decía Andrés Calamaro que la historia se escribe con letras desordenadas. Los verdaderos cambios se producen cuando se desobedece el statu quo y eso genera un sentido común alternativo que se convierte en hegemónico y que cambia luego la realidad a nivel institucional. Esa realidad constituyente nosotros debemos alimentarla, construirla y fomentarla. Que haya un espacio de autorganizacion de la gente más allá de está establecido según la ley, que en muchos casos es una absoluta arbitrariedad fruto de un acuerdo entre las élites. Lo digo desde nuestros kilómetros de distancia respecto a Cataluña, soy prudente en esto. En esa consulta también hay intereses cruzados de parte de la élite catalana, que ha encontrado un refugio para hablar evitar de su corrupción y de sus recortes.

– ¿Entonces cree que Podemos debería llamar a votar en el referéndum el 1-O?

– Insisto en que soy prudente en eso. Estoy siguiendo y leyendo lo que publican otros compañeros que están allí, pero, desde luego, no soy partidaria de lanzar el mensaje de que no creemos en esa consulta simplemente porque no ofrece garantías jurídicas.

– Usted es una activista de larga trayectoria que ha militado en diferentes organizaciones. ¿Se ha encontrado mucho machismo en la política institucional?

– Me ha sorprendido el machismo en el ámbito institucional. Son lugares tan políticamente correctos, donde se construyen discursos muy cínicos y muy hipócritas, pero que en su forma más habitual aplican el machismo incluso de una forma más potente. El machismo, cuando tiene el poder, es aun peor que cuando no lo tiene.

– Podemos se abstuvo en la votación para aprobar el Pacto contra la Violencia Machista en el Congreso. ¿Calificaría el acuerdo alcanzado de éxito o de fracaso?

— Nosotros entendemos que el pacto es insuficiente. Creo que hemos tenido una posición no maximalista, sino valiente, que era la que tocaba hacer en ese momento. Los pactos de Estado no significan nada si no hay un pacto social, si no se empoderan en torno a él los colectivos sociales o el movimiento feminista. No hay un protagonismo de estas asociaciones que llevan años luchando por el sentido común que ahora se reproduce en todos los partidos, incluido el PP. Creemos que ellas deberían haber sido las protagonistas. Ahora firmamos este pacto de Estado y nos vamos tranquilas a casa, mientras seguimos manteniendo las mismas condiciones materiales y simbólicas que producen la violencia machista día a día. Menos fotos y pactos de Estado, y más derogar la reforma laboral y acabar con esta política de abaratamiento del despido, de recortes, bajos salarios. La misma administración que firma un pacto contra la violencia machista contrata empresas que explotan a las mujeres para limpiarles los escaños. Esto es de una hipocresía y de un cinismo manifiesto.

(María F. Sánchez, Cuarto Poder)